El control voluntario de la micción es una función básica que los humanos comenzamos a adquirir a los dos o tres años de vida y que debería mantenerse intacto hasta edades avanzadas.
Sin embargo, en algunas ocasiones no es así, pues hay diferentes enfermedades o problemas de salud que pueden interferir en esta función corporal y provocar pérdidas de orina involuntarias, conocido como incontinencia urinaria.
Esta patología, algunas veces, puede darse en cualquier lugar, por lo que hay personas que sufren problemas de índole higiénica o social y que ponen en riesgo su autonomía y su autoestima.
La incontinencia urinaria afecta a cerca de dos millones de personas en todo el país. Así, esta enfermedad afecta a todos los grupos de población y a todas las edades, aunque aumenta con los años, por lo que es más frecuente en ancianos, de acuerdo a la Guía de Buena Práctica Clínica en Incontinencia Urinaria del Ministerio de Sanidad y Consumo y la Organización Médica Colegial (OMC).
Concretamente en la población adulta afecta en torno a un 20 o 25 % de las personas de más de 65 años, según explican desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Sin embargo, estos mismos expertos recalcan que “sólo un tercio de los incontinentes consulta con su médico por este problema”.
De este modo, la incontinencia urinaria hace que algunas personas no lo comenten con su médico porque sienten vergüenza al presentar escapes de orina, explica la geriatra del Hospital Quirónsalud Zaragoza, Nieves Fernández Letamendi, para Efe Salud.
Esta misma experta también asegura que hay personas que “creen que no tiene tratamiento, y piensan que es algo normal e inevitable dada la edad o, en el caso de las mujeres, consideran además que es inherente a los partos”.
Por tanto, la incontinencia urinaria puede ser de gran impacto en la calidad de vida de muchas personas, ya que, según la geriatra, “puede ocasionar pérdida de autoestima, ansiedad, estrés, así como depresión”, y, a nivel social, “puede favorecer el aislamiento, limitando sus relaciones sociales”.
¿Cuáles son los factores de riesgo de padecer incontinencia urinaria?
Desde Cinfa Salud, distinguen entre hombres y mujeres a la hora de identificar los factores de riesgo de desarrollar incontinencia urinaria.
En las mujeres, el embarazo o el parto vaginal son factores de riesgo. Asimismo, un índice de masa corporal elevado también puede ser un factor modificable.
Por otro lado, la disminución de la producción de estrógenos característica de la menopausia puede conducir a una atrofia muscular de la zona perineal, lo que contribuye a la aparición de incontinencia. Desde la Asociación Europea de Urología (EAU) recalcan que la menopausia como tal no está considerada estrictamente un factor de riesgo.
En cuanto a los hombres, los factores que aumentan el riesgo de padecer incontinencia urinaria son la edad avanzada, diferentes infecciones, el deterioro funcional y cognitivo, padecer trastornos neurológicos o haber sufrido la extracción de la próstata.
Consejos para controlar la incontinencia urinaria
Una vez un médico ha diagnosticado incontinencia urinaria, es importante llevar a cabo y seguir el tratamiento adecuado, siempre supervisado por el profesional.
Por otro lado, existen una serie de hábitos que pueden adoptar las personas en estadios precoces de incontinencia urinaria para disfrutar de una mayor calidad de vida y no apartarse de sus relaciones sociales. Los expertos de Cinfa Salud recomiendan lo siguiente:
- Distribuir la ingesta de líquidos adecuadamente, tomándolos mayormente por la mañana, sin abusar de ellos, pero sin olvidarlos.
- Evitar las bebidas que aumentan la formación de orina, como las que contienen alcohol, cafeína, o tés e infusiones en general.
- Tomar alimentos con fibra, pues las verduras, frutas y cereales integrales ayudan a combatir el estreñimiento, que generalmente empeora la incontinencia urinaria.
- Evitar alimentos que puedan irritar la vejiga, como las comidas picantes o los cítricos.
- En caso de sobrepeso u obesidad, esforzarse por recuperar un peso saludable.
- Dejar de fumar.
- Ir al baño con frecuencia ayudará a reducir las pérdidas de orina.
- Llevar un diario y registrar las veces que vas al baño, la cantidad de orina y la frecuencia de las pérdidas.
- No aguantar las ganas de ir al baño.
- Prescindir de sobresfuerzos físicos, evitando levantar pesos excesivos o actividades físicas de impacto.
- Ser constante con los ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico para notar sus efectos positivos.