a insuficiencia renal crónica es la pérdida gradual de la función de los riñones, y mantener una alimentación adecuada puede ayudar a prevenirla o minimizar riesgos cuando ya existe un diagnóstico.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada tres adultos en Estados Unidos que tiene diabetes también tiene enfermedad crónica de los riñones.
En ese sentido, la autoridad sanitaria afirma que estas dos afecciones suelen relacionarse, pero una alimentación correcta ayuda al buen funcionamiento del organismo frente a ellas.
Evitar o limitar el consumo de ciertos alimentos es fundamental para proteger los riñones, pero también se debe incluir otros alimentos que mantengan un nivel de energía y nutrición eficiente.
Estas son algunas recomendaciones de los CDC en torno a los alimentos para proteger la función renal:
- Reducir el consumo de sal (sodio).
- Comer alimentos frescos, hechos en casa.
- Comer solo cantidades pequeñas de comida de restaurante o envasada.
- Según la etapa de la enfermedad, quizá se deba reducir también el consumo de potasio, fósforo y proteína.
Además, los Centros ofrecen algunos ejemplos de los alimentos que son buenos tanto para la diabetes como para la enfermedad crónica de los riñones:
- Frutas como uvas, cerezas, ciruelas y manzanas.
- Verduras como coliflor, cebolla y berenjena.
- Proteínas como carnes magras y huevos.
- Carbohidratos como el pan blanco y las galletas sin sal.
- Bebidas como el agua y el té sin endulzar.
En cualquier caso, es primordial primero consultar con un nutricionista que pueda tener en cuenta las características de cada persona y sus antecedentes familiares para recomendarle una dieta a su medida.