Imagina que estás en la cola de un supermercado y sientes la necesidad de ir al baño, más bien te das cuenta que se te ha escapado la orina. Sentirías vergüenza, ¿verdad? Tranquila, es una sensación que sufren en su día a día en torno al 25% de las mujeres y que recibe el nombre de incontinencia urinaria.
Un tema tabú, que tiene se caracteriza por la pérdida inconsciente del control sobre la vejiga, que se produce cuando la presión dentro de la vejiga supera la presión uretral. Según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) es más frecuente con la edad y es dos veces mayor en mujeres que hombres. Si se da en niños se habla de enuresis nocturna.
Las dos causas más frecuentes que pueden ocasionar la pérdida del control son básicamente las siguientes. Contracción involuntaria del músculo de la vejiga. Se produce cuando la presión que ejerce la vejiga está por encima de esfínter uretral y acaba provocando que se escape la orina. Esfínter neutral. ¿Qué es realmente? Es la válvula que cierra la vejiga impidiendo que la orina salga al exterior a través de la uretra.
«Cerca del 60% de las mujeres que sufren incontinencia urinaria no lo reconocen, por lo que se puede considerar un tema tabú»
¿Hay personas que tienen más riesgo que otras de sufrir este problema? Existen factores que debilitan los músculos del suelo pélvico causando así el descontrol. Estos factores son algunos como: el sobrepeso, embarazo y postparto, estreñimiento, menopausia, traumatismos o lesiones, realizar sobreesfuerzos y no vaciar la vejiga con frecuencia.
TIPOS DE INCONTINENCIA
Existen cuatro tipos diferentes de incontinencia:
– Incontinencia de esfuerzo. Es el tipo de incontinencia más común. Se produce cuando los músculos debilitados del suelo pélvico ejercen presión sobre la vejiga y la uretra y las hacen trabajar más.
– Incontinencia de urgencia. Se produce cuando dejamos pasar el tiempo sin ir baño y de repente surge la necesidad de ir corriendo y antes de llegar al baño se nos escapa.
– Incontinencia por rebosamiento. Cuando la vejiga no se vacía por completo y después de ir al baño se siguen escapando gotitas.
– Incontinencia funcional. Debido a una discapacidad física o mental no tienes la capacidad de llegar al baño a tiempo o te surgen problemas que te impiden acelerar el proceso.
El tratamiento para acabar con la incontinencia, dependerá de cada tipo y causa. Algunos de los hábitos que se pueden tomar en el día a día para solucionar este problema son: mantener un peso saludable, no fumar, evitar el estreñimiento, beber la cantidad adecuada de líquido y en el momento adecuado o hacer ejercicios para fortalecer la vejiga. También se pueden recetar medicamentos o someterse a operaciones para evitarlo.