Hemospermia o hematospermia es un síntoma que indica la presencia de sangre en el semen al momento de la eyaculación.
Esperamos que no te esté pasando esto, pero si es el caso, no te alarmes porque esta condición pudiera no ser tan seria e incluso podría tratarse de un evento esporádico. Pero, si es algo que has detectado recurrentemente e identificas como crónico, es una señal de alerta que debes considerar para conocer su causa, porque evidentemente no es normal.
Los médicos han diagnosticado la hematospermia por siglos, de hecho Hipócrates fue uno de los personajes más antiguos que la describió en tiempos de la Antigua Grecia.
Históricamente hay 2 creencias populares por las que pudiera aparecer y ambas son de tipo conductual:
- La abstinencia sexual prolongada (que tiene todo tipo de consecuencias)
- El exceso de la actividad sexual. Pero a ciencia cierta, es que 70% de los casos es de origen desconocido, de hecho, pudiera pasar hasta desapercibida porque la sangre es microscópica, por lo no se detecta a simple vista. En caso de visualizarla, se confunde y se cree que pudiera ser algo maligno como cáncer o relacionado a alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS).
¿Cuál es la prevalencia de este padecimiento?
Se cree que la hemospermia abarca solamente el 1% de todos los padecimientos urológicos y su prevalencia, según una revisión del Deutsches Ärzteblatt International del 2017, plantea que es de 1 en 5000 pacientes urológicos.
Una de las principales causas para que aparezca sangre en el semen es por consecuencia de algún procedimiento médico. Así que tranquilo o bien, lee aquí algunas otras posibles opciones:
- Inflamación e infección: pudiera ser de órganos, glándulas o ductos como de las vesículas seminales, vasos deferentes, epidídimo, próstata o uretra ya sea por irritación o trauma, calcificaciones o infecciones de virus, hongos, bacterias o parásitos y aquí si van algunos de los que causan las ETS como herpes, clamidias y gonorrea.
- Obstrucción: de los ductos debido a quistes que provocan la dilatación de los vasos sanguíneos y su ruptura, así como el crecimiento de la próstata.
- Tumores: benignos y malignos ya que sí puede aparecer en el cáncer de próstata, pero también considera en este punto que más del 86% de los hombres con este síntoma no presenta este tipo de cáncer.
- Anormalidades vasculares: cualquier anomalía en los vasos sanguíneos como arterias, venas, nervios y vasos linfáticos de la zona podría desencadenar un sangrado.
- Factores sistémicos: ¿te suena la hipertensión, la enfermedad crónica del hígado o hasta padecimientos como hemofilia o leucemia?
- Tratamientos médicos y otros: biopsias, radioterapia, resección transuretral, vasectomía, trauma testicular o perineal, fractura de la pelvis, heridas durante el sexo, el exceso de la masturbación y sí, también una muy prolongada abstinencia sexual.
Qué tener en cuenta para estar alerta
Algunos aspectos a considerar, además del color de la sangre (rojo si es una hemorragia reciente, café oscuro o hasta negro si es un evento pasado) son:
- Si tienes dolor al eyacular.
- Si presentas dolor o sensación caliente al orinar.
- Si hay dolor en la espalda baja.
- Si también hay sangre en la orina.
- Si hay dificultad para vaciar tu vejiga al orinar.
- Si detectas anomalías en la apariencia del pene.
- Si está sensible o hinchado el escroto.
- Si hay sensibilidad en el área de las ingles.
*Todo lo anterior podrían ser preguntas comunes que te haga el médico.
¿Cómo vas a saber qué es exactamente lo que te está ocurriendo?
El diagnóstico se hace con diferentes estudios que van desde los urianálisis, las pruebas de ETS, la prueba del condón para notar si la sangre no era de tu pareja sexual, las pruebas de detección de cáncer de próstata, hasta el ultrasonido, otros estudios de imagen o citoscopía. Acorde lo que el médico recabe en la historia clínica te dirá cuál es el que tú necesitas.
¿Y qué hay del tratamiento?
Todo dependerá del grado y la duración del sangrado, de tu edad (mayor o menor de 40 años) y los síntomas que lo acompañen. Recuerda que esta condición se da como consecuencia de algo más y no es precisamente una enfermedad. Así que puede ser tratado con medicamentos como antibióticos o antiinflamatorios, si es un trauma tal vez te sugieran el reposo de la zona y puede que te recomienden aplicar hielo de 10 a 20 minutos máximo, cirugías o tratamientos dados por otros médicos especialistas.