La clamidia es una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más frecuentes en la población sexualmente activa. Su aparición suele ser asintomática; sin embargo, su manejo inadecuado puede tener daños en la salud reproductiva de quien la padece.
Jesús Bernal, urólogo certificado por el Consejo Nacional Mexicano de Urología (Conameu), señala que la clamidia, causada por la bacteria Chlamydia trachomatics, no presenta síntomas o estos pueden aparecer semanas después de haber contraído la bacteria.
Entre ellos se encuentran ardor al orinar, comezón, piquetes en la uretra, aumento en la frecuencia urinaria y salida de líquido transparente del pene, en el hombre. Mientras que en la mujer, agrega el ginecólogo obstetra Manuel Sánchez, es común que se manifieste secreción anormal en la vagina, dolor e inflamación.
Bernal indica que estos síntomas y los antecedentes de contacto sexual son importantes para determinar la presencia de la enfermedad. Además de la prueba de exudado uretral con antígeno para clamidia, la cual confirma la infección y puede realizarse 14 días después del último contacto con el factor de riesgo.
La clamidia puede causar daños graves y permanentes en el aparato reproductor femenino y hacer más difícil que una mujer quede embarazada en el futuro. En el hombre, por otra parte, estrecha los conductos urinarios y dificulta el desplazamiento del prepucio a la cabeza del pene.
El urólogo explica que el tratamiento consiste en la administración de antibióticos y analgésicos. Sin embargo, sostiene que la mejor manera de prevención es el uso de preservativos ya que es una infección de transmisión directa, mantener parejas estables y para anular cualquier riesgo de contagio la abstinencia.
Finalmente, exhorta a la población acudir con un urólogo certificado ante la presencia de cualquier síntoma, pues su detección temprana reduce el riesgo de complicaciones futuras.