Conocido también como el goteo involuntario de orina, esta problemática es bastante común en el género femenino. Alrededor del 50 por ciento de las mujeres experimenta lo que se conoce como disfunción del suelo pélvico.
Rafael Pérez, ginecólogo y obstetra, director médico del Centro de Fibromas y del Programa de Salud Pélvica de South Miami Hospital explica que “la incontinencia es algo de lo que a nadie le gusta hablar. Y como es algo vergonzoso y la gente piensa que no se puede hacer nada al respecto, muchas personas no buscan tratamiento. Sin embargo, cuando llegamos a la causa del problema, casi todas las situaciones pueden mejorar”.
Tipos de incontinencia urinaria
- La incontinencia de urgencia: Es la que se define cuando todo tiene que ver con la frecuencia.
- La incontinencia de esfuerzo: Implica la pérdida de orina al hacer varias actividades o comportamientos como ejercicios físicos, reír, toser o durante otra actividad.
Ambas se consideran disfunciones del suelo pélvico. Algunas mujeres sufren una incontinencia mixta, experimentando ambos tipos. Además, la incontinencia anal, o la dificultad para defecar o controlar la evacuación, también puede estar causada por el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico o por un prolapso.
“El embarazo y el parto, tanto si la mujer da a luz por vía vaginal como por cesárea, pueden hacer que los músculos se debiliten y provoquen incontinencia urinaria y anal. También puede provocar un prolapso de órganos en el que los órganos como la vagina, el cuello uterino, el útero, la vejiga y el recto caen, en algunos casos, fuera del cuerpo”, describe Pérez. Pero hay muchos otros factores que contribuyen a la disfunción del suelo pélvico, como la obesidad, el ejercicio, el envejecimiento y la menopausia, e incluso la genética.
Los hombres también pueden sufrir incontinencia, dolor pélvico y disfunción eréctil debido a una mala salud del suelo pélvico. Además, quienes han sido tratados para el cáncer de próstata a veces sufren problemas similares.