Si tuviste infecciones urinarias en la juventud —por ejemplo, con el inicio de la actividad sexual—, tal vez pensaste que eran algo del pasado. Pero no es así. Muchas mujeres vuelven a contraer este tipo de infecciones a una edad más avanzada: más del 10% de las mujeres mayores de 65 años y casi el 30% de las mujeres mayores de 85 años reportan haber tenido una infección urinaria en los últimos doce meses.
“Las infecciones urinarias son muy comunes en las mujeres mayores”, señala Nicole De Nisco, profesora adjunta de Ciencias Biológicas en University of Texas, en Dallas, quien estudia este tipo de infecciones. “Es uno de los principales motivos por los que se recetan antibióticos a las mujeres mayores, quienes tienen el doble de probabilidades de contraer infecciones urinarias reiteradas que las mujeres más jóvenes”.
Por otro lado, lamentamos informar que los hombres tampoco quedan excluidos del problema: aunque es menos común, las infecciones urinarias —que pueden ocurrir en cualquier parte del aparato urinario, como los riñones o la vejiga— también ocurren en los hombres mayores. A veces se debe a que el agrandamiento de la próstata impide vaciar completamente la vejiga, pero con frecuencia la infección es resultado del uso de un catéter. Los médicos advierten que toda persona que tiene un catéter —por ejemplo, después de una operación— debe saber que su uso prolongado puede causar infecciones urinarias.
Si te diagnostican una infección urinaria, el médico te recetará un régimen de antibióticos (trimetoprima/sulfametoxazol, fosfomicina, nitrofurantoína, cefalexina o ceftriaxona) que combatirán la infección subyacente. Si bien el tratamiento es bastante simple, lo más difícil puede ser reconocer que padeces esta infección en primer lugar. Howard Goldman, vicepresidente del Departamento de Urología de Cleveland Clinic, señala que las infecciones urinarias a veces no se diagnostican en los adultos mayores hasta que aparecen síntomas más graves.
Por eso es que vale la pena conocer la lista de síntomas que compartimos a continuación. Si tienes alguno de ellos, consulta con el médico, quien te pedirá una muestra de orina. Luego, se hará un cultivo para detectar si hay un crecimiento excesivo de bacterias (técnicamente, 10,000 por mililitro de muestra) antes del diagnóstico.
Señales de advertencia que debes conocer
Mientras lees la lista a continuación, hazte una pregunta esencial: ¿se trata de un síntoma nuevo?
1. Dolor al orinar (disuria)
Este dolor se debe a la presencia de bacterias, y en el 75 al 95% de los casos se trata de Escherichia coli (E. coli), que invade el aparato urinario desde el exterior del cuerpo, por lo general desde el perineo (el área entre el ano y la uretra).
Dado que el exceso de bacterias produce inflamación, una infección urinaria puede hacerte sentir ardor o escozor al orinar. “En algunas mujeres [posmenopáusicas], la falta de estrógeno en el tejido vaginal produce algunas molestias crónicas al orinar. Por eso es importante advertir si el dolor es repentino o ha aumentado de intensidad últimamente”, dice Summer Allen, profesora adjunta en el Departamento de Medicina Familiar de Mayo Clinic. (El malestar inicial se puede aliviar temporalmente si se evitan las bebidas con cafeína, como el café y los refrescos, y el alcohol).
2. Necesidad repentina e inexplicable de orinar
Toda mujer que alguna vez haya tenido una infección urinaria, incluso si fue hace décadas, conoce penosamente esta sensación: inmediatamente después de ir al baño, vuelves a sentir la necesidad de orinar; sin embargo, por mucho que lo intentes, no sale nada de orina. Con el paso de los años, algunas personas ya sienten necesidad de ir al baño con urgencia o con frecuencia, a menudo debido al debilitamiento de los músculos de la vejiga. Pero si esta urgencia aparece repentinamente o empeora, es posible que tengas una infección urinaria.
3. Dolor en una de dos áreas
Las infecciones urinarias pueden producir un nuevo malestar en dos lugares: el área púbica inferior cerca de la vejiga, o la parte baja y media de la espalda —cuyo nombre técnico es zona costovertebral— donde se ubican los riñones. (El médico se puede referir a esta molestia como “CVA tenderness”, o sensibilidad costovertebral). La causa de este dolor es la inflamación que producen las infecciones en los tejidos circundantes.
4. Orina turbia o con mal olor
Una vez más, lo importante aquí es que la orina de repente “huela raro” o no se vea transparente en el inodoro.
Para evitar contraer una infección urinaria en primer lugar, es conveniente beber mucho líquido (la orina debe ser de color amarillo claro a ámbar intermedio) y vaciar la vejiga con frecuencia. Allen explica que al hacer ambas cosas “se eliminan las bacterias que intentan alojarse en la vejiga o la uretra”. Las mujeres también deben orinar inmediatamente después de tener relaciones sexuales.
5. Sangre en la orina
En una mujer posmenopáusica, una infección urinaria puede producir otro cambio en la orina: la presencia de gotas de sangre no vinculadas a la menstruación. “Los tejidos de la vejiga y la uretra se irritan e inflaman tanto que básicamente sangran un poco”, advierte Allen. Esa sangre no siempre se observa con facilidad, señala, pero cuando existe “una hematuria macroscópica, lo que significa que la orina contiene una mayor cantidad de sangre, la orina tendrá un color rojo brillante, rosado o amarronado”.
6. Fiebre
Todas las infecciones, incluso las urinarias, pueden provocar un aumento de temperatura. Allen sugiere prestar atención a una fiebre de 100.4 °F o más, y agrega: “La fiebre debe ocurrir en combinación con otros síntomas, ya que por sí sola no es indicativa de una infección de las vías urinarias”. Ella recomienda tomar la temperatura con un termómetro timpánico (para el oído), oral o axilar (para la axila). La fiebre puede presentarse acompañada de escalofríos e incluso náuseas.
7. Dificultad para pensar
Aunque no tengas ninguno de los síntomas que se mencionan arriba, si de repente sientes como una “desconexión mental” (sin otras causas aparentes), habla con el médico. (De modo similar, si eres cuidador de un ser querido que de pronto manifiesta confusión o algo semejante a un empeoramiento de la demencia, llama a su médico). Lisa Corbin, profesora de Práctica Clínica en el Anschutz Medical Campus de University of Colorado, describe a una paciente —“la persona de 60 años más sana del mundo”— que estaba dejando de tomar narcóticos por un dolor cervical crónico y empezó a sentirse mal y un poco atontada. “No tenía ningún síntoma urinario, pero cuando vino a verme la vi tan mal que la llevé directamente a la sala de emergencias. Tenía septicemia por una infección de las vías urinarias”. Aunque sin duda la confusión puede tener otras causas —como la deshidratación o la depresión—, es una señal de que debes consultar con el médico.