La nutrición es vida. Realizar una alimentación adecuada permite vivir más y envejecer mejor, es un hecho comprobando. Por eso es importante que cada persona incorpore en su alimentación productos ricos en vitamina C o vitamina D, entre otros micronutrientes.
Sin ir más lejos, algunos especialistas en nutrición han remarcado la importancia de consumir alimentos con vitamina C y vitamina D durante la pandemia del Covid-19. Es el caso del bioquímico Adrián Gombart, perteneciente al Instituto Linus Pauling, de la Universidad de Otago.
Este especialista va más allá y asegura que consumir habitualmente alimentos ricos en vitamina C y vitamina D puede ser una medida más de protección frente al Covid-19.
Si bien, un equipo multidisciplinar del Institute National de la Recherche Scientifique INRS de Canadá ha trabajado en un análisis profundo para determinar la relación existente entre una dieta equilibrada y la prevención de uno de los tipos de cáncer más comunes entre los hombres, como es el cáncer de próstata. Para ello, han acudido a un estudio previo realizado entre el año 2005 y 2021 en Montreal (Cánada).
Antes de realizar dicho estudio, los investigadores ya partían de la premisa de la importancia de la alimentación para prevenir diferentes tipos de enfermedades. Algo que han podido constatar tras este riguroso análisis.
En concreto, señalan que una alimentación deficiente en determinados micronutrientes puede ser un factor de riesgo considerable para desarrollar cáncer de próstata a lo largo de la vida.
Así, los investigadores ponen sobre la mesa varios elementos nutritivos que podría ayudar a reducir las probabilidades de desarrollar cáncer de próstata, entre los que destacan la vitamina C y vitamina d.
Cómo influye la vitamina C en el cáncer de próstata
El trabajo de investigación que nos atañe ha sido publicado en la prestigiosa revista ‘Nutrients’. Si bien, los principales autores del mismo se centraron en el análisis de tres perfiles dietéticos específicos: Dieta saludable, dieta occidental rica en azúcares con bebidas y dieta occidental salada, donde se incluyen bebidas alcohólicas.
En la llamada dieta saludable se incluyeron una amplia variedad de frutas y vegetales, la mayoría de ellas ricas en vitamina C. En este grupo también encontramos alimentos como el tofu o las nueces.
Por otro lado, la dieta occidental salada incorpora diferentes tipos de carne y bebidas alcohólicas, tales como la cerveza o el vino. Y por último, en la dieta occidental rica azúcares encontramos pizzas, pasta, postres y bebidas azucaradas.
Para determinar el riesgo real de desarrollo de cáncer de próstata, el estudio también tuvo en cuenta otros factores como la edad, origen étnico, educación, historial familiar o fecha en la que la persona en cuestión procedió a realizarse la última prueba de diagnóstico de cáncer de próstata.
Vinculación de la alimentación y el cáncer de próstata
Los resultados del trabajo de investigación fueron bastante clarividentes. Los autores del estudio determinaron un riesgo considerablemente menor de desarrollar cáncer de próstata en aquellas personas que llevaron a cabo una dieta saludable, rica en frutas cítricas (vitamina C) y verduras.
Por su parte, la dieta con bebidas azucaradas demostró ser la que mayor riesgo supone para el desarrollo de cáncer de próstata. Si bien, el estudio no encontró relación entre la dieta salada y bebidas alcohólicas con el riesgo de desarrollar la citada enfermedad.
«No es fácil aislar el efecto de un solo nutriente. Por ejemplo, los alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, promueven la absorción del hierro. El calcio se encuentra a menudo en los productos lácteos, que también contienen vitamina D. Nuestro enfoque más específico tiene en cuenta esta sinergia para producir resultados más significativos que las autoridades de salud pública pueden utilizar para formular recomendaciones. En lugar de contar con un alimento milagroso, la gente debería mirar su dieta en general», explica Karine Trudeau, una de las principales autoras de este estudio.
Para concluir los investigadores apuntan que «hemos descubierto evidencia que, esperamos, pueda ser utilizada para desarrollar estrategias de prevención del cáncer de próstata; el cáncer más común entre los hombres en Canadá y en muchos otros países».