Tras analizar las autopsias de seis hombres que fallecieron a causa de la COVID-19, se encontró, en algunos de ellos, que la función de los espermatozoides estaba deteriorada, como resultado, según un equipo de científicos de la Facultad de Medicina Miller, de la Universidad de Miami, de la invasión de la enfermedad en los tejidos de los testículos.
Esa pesquisa fue recogida por la revista The World Journal of Men’s Health, donde se puede leer que el estudio sugiere que la presencia del nuevo coronavirus en el semen de los pacientes infectados podría tener implicaciones importantes en la transmisión sexual de la enfermedad.
Los expertos también identificaron el SARS-COV-2 en un hombre que se sometió a una biopsia de testículo por infertilidad, pero que tenía antecedentes de la dolencia. Aunque el paciente ya estaba recuperado, sin síntomas, e incluso ya había sido negativo, aún mostraba la presencia del virus dentro de esos órganos, señaló uno de los autores, el doctor Ranjith Ramasamy.
El galeno recomendó que los hombres de todas las edades que padecieron la enfermedad y experimentan dolor testicular deben acudir a un urólogo, pues considera que entre alrededor del 20 % al 30 % de los pacientes podrían tener problemas de reproducción en el futuro.
Una investigación preliminar del oncólogo e inmunólogo israelí Dan Aderka, a partir de casos en los que a pacientes recuperados les midieron la cantidad y movilidad de espermatozoides, refleja una estadística que revela una caída del 50 % en estos índices, aproximadamente. Recordó que cepas anteriores de coronavirus causaron infertilidad masculina en aproximadamente uno de cada diez hombres infectados, además de problemas como atrofia testicular y disminución en la secreción de espermatozoides.
A diferencia de lo descrito por la Facultad de Medicina Miller, Aderka no cree que la COVID-19 pueda transmitirse por vía sexual, y destaca que la fertilidad de los hombres que atravesaron una forma leve de la enfermedad no se vio afectada.