Los riñones cumplen un papel esencial en el equilibrio del cuerpo, pero cuando fallan, las consecuencias pueden ser graves, especialmente en los niños.
La enfermedad renal infantil no solo afecta la eliminación de desechos, sino también el crecimiento, la producción de glóbulos rojos y el desarrollo óseo.
¿Qué es la enfermedad renal en los niños?
La enfermedad renal pediátrica, también conocida como insuficiencia renal, es una condición que impide que los riñones filtren adecuadamente los desechos del cuerpo.
De acuerdo con la organización Valley Children’s Healthcare, esta alteración puede ser temporal o permanente, y afecta la capacidad del organismo para mantener el equilibrio de líquidos, minerales y electrolitos.
Existen dos tipos principales:
- Enfermedad renal aguda: aparece de manera repentina y, si se detecta a tiempo, los riñones pueden recuperar su función normal.
- Enfermedad renal crónica (ERC): progresa lentamente a lo largo de meses o años. Con el tiempo, puede conducir a una insuficiencia renal irreversible si no se trata adecuadamente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad renal crónica afecta a niños y adolescentes en todo el mundo y representa un desafío creciente para los sistemas de salud, especialmente en países en desarrollo, donde el diagnóstico temprano aún es limitado.}
Principales complicaciones de la insuficiencia renal en los niños
Los riñones desempeñan un papel esencial en la eliminación de toxinas y en la regulación del crecimiento y la función hormonal, indica la Organización Kidney Fund.
Cuando dejan de funcionar correctamente, el cuerpo acumula sustancias dañinas que afectan el desarrollo físico y mental del niño.
Retraso en el crecimiento y desarrollo
Los niños con enfermedad renal suelen presentar un crecimiento más lento en comparación con otros de su misma edad. Esto ocurre porque los riñones dañados no eliminan bien las toxinas, lo que altera el metabolismo y la producción de hormona de crecimiento.
Los menores con enfermedad renal crónica pueden experimentar retrasos en la pubertad de hasta dos años y tener una estatura final más baja que el promedio. Además, la pérdida de apetito y la mala absorción de nutrientes contribuyen al problema.
Retraso en el desarrollo cerebral
El daño renal también impacta el desarrollo neurológico. La acumulación de toxinas en la sangre y la presencia de anemia afectan el flujo de oxígeno al cerebro, lo que puede ocasionar:
- Dificultad para concentrarse o aprender.
- Problemas de memoria y lenguaje.
- Bajo rendimiento escolar.
- Dificultades en la coordinación motora (como escribir o atarse los zapatos).
Anemia
La anemia es una de las complicaciones más frecuentes. Se produce porque los riñones dañados dejan de generar eritropoyetina, una hormona que estimula la producción de glóbulos rojos. Los síntomas incluyen fatiga, debilidad, mareos y palidez.
El tratamiento puede incluir suplementos de hierro, medicamentos que estimulen la eritropoyetina o, en casos severos, transfusiones de sangre bajo supervisión médica.
Enfermedades óseas y fragilidad
Los riñones también regulan el equilibrio del calcio y fósforo, así como la activación de la vitamina D, indispensable para la fortaleza de los huesos.
Cuando fallan, los niños pueden desarrollar el llamado trastorno óseo mineral (CKD-MBD), que provoca huesos frágiles, deformidades o dolor. Monitorear los niveles de fósforo, calcio y hormona paratiroidea en pacientes pediátricos para prevenir estas complicaciones.
Otras complicaciones frecuentes
Además de las físicas, los niños con enfermedad renal enfrentan desafíos emocionales y sociales como:
- Problemas de conducta o irritabilidad.
- Ansiedad o baja autoestima.
- Alteraciones del sueño.
- Dificultad para controlar la vejiga.
El acompañamiento psicológico y familiar es esencial para el bienestar integral del menor.
Síntomas tempranos de enfermedad renal infantil
En las primeras etapas, la enfermedad renal suele avanzar de manera silenciosa, sin síntomas visibles. La organización Healthy Children, indica que los signos de alarma incluyen:
- Hinchazón en ojos, pies o tobillos.
- Aumento o disminución de la frecuencia urinaria.
- Enuresis nocturna (orinarse en la cama) en niños mayores de 5 años.
- Pérdida de apetito y náuseas constantes.
- Fatiga persistente.
- Dolor de cabeza frecuente (posible signo de hipertensión).
- Piel pálida debido a la anemia.
Detectar estos síntomas a tiempo puede evitar que el daño renal avance a etapas irreversibles.
Tratamientos y opciones de manejo
El diagnóstico de enfermedad renal crónica (ERC) se establece cuando el daño en los riñones persiste durante más de tres meses. Aunque es irreversible, los avances médicos permiten ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida del niño.
Objetivos del tratamiento
- Tratar la causa subyacente, como infecciones o malformaciones.
- Controlar la presión arterial para evitar daño adicional.
- Corregir la anemia y los desequilibrios minerales.
- Reducir la cantidad de proteínas en la orina mediante medicamentos específicos.
- Estimular el crecimiento con hormona de crecimiento en casos seleccionados.
La enfermedad renal en los niños es una condición compleja que requiere atención médica continua, diagnóstico oportuno y acompañamiento familiar.
Detectar los síntomas tempranos —como fatiga, hinchazón o retraso en el crecimiento— puede marcar la diferencia entre una vida saludable y complicaciones severas.
Con tratamientos adecuados y supervisión pediátrica, muchos niños con enfermedad renal logran desarrollarse plenamente, asistir a la escuela y disfrutar de una buena calidad de vida.
La educación, la prevención y el acceso a atención especializada siguen siendo las mejores herramientas para proteger la salud renal infantil.